lunes, 22 de diciembre de 2014

La divulgación de la Ciencia y el primer libro de Magia

Una pregunta recurrente que se me hace es ¿De dónde aprenden los magos sus secretos?. Si bien es cierto, hoy en día la información está al alcance de todos, sin duda, los Libros siguen siendo una fuente inagotable de conocimiento. Mi primer acercamiento con la magia fue mediante unos pequeños facsímiles que aparecían en un periódico de circulación nacional por los años 80, escritos por el gran mago Nacional Fernando Larraín.  Con ellos me maravillé de la magia, encantamiento que perdura hasta el día de hoy, y se convirtieron en MI PRIMER LIBRO DE MAGIA.

Pero ¿cuál habrá sido el PRIMER LIBRO DE MAGIA DE LA HISTORIA? ¿Qué tiene que ver esto con la ciencia?

En 1496, época de gloria del Renacimiento Italiano, un matemático llamado Luca Pacioli (1445-1517), arriba a Milán, dónde comienza una gran amistad con otro genio Renacentista : Leonardo DaVinci.  De esta amistad nace una gran obra sobre como las matemáticas pueden describir la simetría y la belleza, presentes en muchas obras de DaVinci, titulada “De divina proportione”.
 

El talento de Pacioli no era ser un matemático creador (De hecho casi ninguna de sus obras aportan nuevos conocimientos matemáticos), si no, que para su época,  tenía la gran habilidad de explicar con gran claridad y en lenguaje vulgar y cercano los conocimientos matemáticos, de forma que fuesen accesibles a todo el mundo. Lo que conocemos hoy como un divulgador de la ciencia.

Producto de esto, desde su llegada a Milán, y hasta 1509, recopiló gran cantidad de principios matemáticos y buscó la forma de presentarlos de forma entretenida para la gente de la época. Adornó estos principios con presentaciones dinámicas y atractivas para el público, historias y elementos, que los convirtieron en verdaderos Juegos de Magia. De esta manera, esta recopilación se transformó en lo que hoy conocemos como el PRIMER LIBRO DE MAGIA de la historia, al que Pacioli tituló “De viribus quantitatis (el poder de los números)”.  Lamentablemente, Pacioli no llegó nunca a publicar esta obra, por lo que permaneció perdida en los archivos de la biblioteca de la Universidad de Bolonia hasta los años 50, dónde fue redescubierta.

Hoy en día podemos consultar el manuscrito original en Italiano, el cual se encuentra accessible para todo el mundo en el siguiente enlace


y es así, como el primer libro de Magia del que tengamos conocimiento, fue escrito por un divulgador de la ciencia.

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